viernes, 29 de octubre de 2010

E, in fine... Stabilità

  Tras casi mes y medio, por fin puedo decir que he conseguido estabilidad en Milán. Aún quedan algunas cosas por hacer para estar asentado 100%, pero todos empezamos a sentir Milán como parte de algo nuestro y no como un lugar hostil en el que somos meros extranjeros con problemas burocráticos.

  Nuestra casa se ha amoldado a nosotros y nosotros a nuestra casa, conocemos nuestro barrio y los rincones que merecen ser frecuentados y los que no, conocemos a muchos de nuestros vecinos, dueños de locales cercanos, profesores de la universidad y compañeros de clase... Incluso conocemos ciertos trucos para que la vida sea un poquito más fácil en la ciudad de la esperanza económica italiana.

 He de reconocer que vivir aqui me empieza a gustar, aunque tengo ganas de volver a casa y ver a mi familia, a mi novia y a mis amigos.

 Muchas cosas que nunca había hecho o hacía con poca frecuencia se han convertido en rutina lógica (alguna madre tras leer esto dejará escapar alguna carcajada): Poner la lavadora, tender la ropa, planchar (solo planchamos las cosas imprescindibles, jajaja), pasar la aspiradora, cocinar, limpiar el polvo, llevar las cuentas de gastos y deudas, planificar comidas y horarios, ... Incluso mirar el dinero en cada cosa que compramos con el fin de ahorrar a final de mes para poder permitirnos alguna escapada.

 Aunque, las líneas precedentes sean una invocación casi inmediata a la palabra rutina, lo bonito de la vida Erasmus es que la rutina no existe. Cada día cuando te levantas, no sabes que sucederá, que harás esa tarde o esa noche,... Aumenta notablemente la energía de las personas, la inquietud y las ganas de hacer cosas.

 En la ciudad de la moda y el diseño, aflora mi lado creativo, más aún rodeado de Arquitectos por todas partes que hacen que me venga a la cabeza aquella carrera a mitad de camino entre el arte y la ingeniería, que en su momento no pude comenzar. Me he empezado a interesar bastante por la fotografía, y estoy progresando bastante (según algunos entendidos amigos míos, jajaja). Además aprovecho los ratitos libres que tengo para dibujar. Y mi pared empieza a cubrirse con mis trabajos.
 Todo esto, sin perder la noción de mis cursos, que no son precisamente fáciles, y del italiano, que empieza a estar completamente dominado, aunque aun quedan cosas por pulir.
  Mi grupo tampoco lo dejo de lado, estoy trabajando en las letras de 2 temas nuevos que compuso David (guitarrista) y siempre que puedo sigo puliendo algunas cosas de la nueva web, que pronto verá la luz.

 Como veis, con todas estas cosas, parece que no quedan horas en el día para hacer más cosas... pero en el Erasmus, cada día tiene 27 horas. Estoy aprendiendo a cocinar bastantes platos italianos y otros no tan italianos, con ayuda de varias fuentes; No estoy dejando de salir a conocer sitios nuevos y gente nueva... Y como ejemplo, la increíble fiesta de Halloween a la que asistimos el otro día en un local muy famoso en Milán llamado Hollywood.

 Foto de los disfraces, con mis compañeros de piso:



 Pues esta es la vida en Milán.
Espero que os guste esta entrada.
Un saludo a todos!
P.D.: Todos los que leeis mi blog teneis un sitio en via Pacini, 26. Milan :)

3 comentarios:

  1. He llegado a tu blog por casualidad y me parece muy interesante leer cómo te va la vida en Italia. Un saludo, Dani :)

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  2. que susto como mola jajaja
    de anita xD

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